Los veo de nuevo... Como avanzan lentos. Enamorados del no-tiempo, enriquecidos con una magia extraña, que los hace sentir como si no formaran parte del mundo. Y de repente se miran y comienzan a acelerar sus pasos; giran y caen sentados... Ambos se sienten solos si no tienen el calor del otro.
Pero, qué podemos hacer en el frío invierno, que sólo es sol calienta... Si sólo pudiéramos vernos dentro del cielo inmenso que nos separa. Pareciera que hoy y todos los días no pudiéramos caminar. Son esos días los que faltan, esos días en que hacíamos el amor, y salíamos al mundo con una brisa contagiosa, llenos de risa... gira y gira el mismo color en mi cabeza.
¿Pero, cómo pudimos llegar a esto?, ¿Qué es lo que quiere el destino de nosotros?
Sólo el tiempo que nos separa podrá unirnos de nuevo. Mas es sólo una mísera idea; vaga de sí misma... Y quizás estos pies no vuelvan a danzar como lo hacían antes. No, sin los tuyos.
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