
Caminando, poco convencida de lo sus deciciones, trata de ir indiferente, y hacer como si nadie la notara. Ella no sabe que si siempre pasa por las mismas calles, siempre habrá alguien que la haya visto antes. Alguien que aunque ella no quiera, notó que está usando la misma ropa que ayer y de algún día de la semana pasada, menos el Domingo. Las cosas que nos rodean rara vez pasan desapercividas, pues siempre se nos adhieren. Y si probamos este ejercicio y ser siempre monótonos, tal vez terminemos asemejandonos con los colores y sensaciones de esas calles, hasta pasar desapercibidas por completo y quedarnos allí estancados, como cualquier otro papel de propaganda comercial pegado en la pared, rasgado y gastado.
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