martes, noviembre 10, 2009

[31.03.07]

Esa noche el amor fue eterno, duró por siempre, y nunca pensamos que nuestro encuentro fue un error. Siempre seguimos con la frente en alto, pensando siempre lo mismo: 'para que nada nos separe, que no nos una nada' Algo complicado de entender, pero siempre nos entendimos con la misma mirada que siempre tuvimos. Hubieron muchos inviernos fríos, en los cuales no sentí ni el calor carnal tuyo, ni el de nadie. Siempre hubo alguien en mi cama, siempre hubieron labios sedientos, pero ninguno como los tuyos, -pensaba yo- ninguno como aquellos dos ojos, como velas que me iluminaban el camino que quería seguir. Ninguno como esos oídos que por mucho que no escucharan lo que yo quería decir, siempre oían cada latido en mi pecho. Ninguno como esos labios, que como un calmado oleaje acarician la arena, tus labios besaban a los míos. Y siempre pensé que sería perfecto besarte en un ambiente así, pero no lo hice. Tampoco sé porque hice y no hice tantas cosas... pero la vida, el destino, yo, me lo deparó y es por algo. Siempre tuve esa esperanza de que llegase aquel día que un día planeamos con los corazones ardientes. Finalmente esos días me llenaron de pasión, cerrando cada herida, secando cada llanto, apagando cada grito, dándome aire para respirar. Sin embargo, aún mentalizo ese espacio. Ese espacio verde con nubes grandes y el cielo bien azul, el viento haciendo sonar al espacio grande, placidamente. Y que tus manos, vuelvan a tomar las mías. Que tus ojos vuelan a mirar los míos y escuchar esas palabras, que sólo tu sabes pronunciar correctamente: ________.

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