Yo podía verte desde afuera, y podía verte por dentro. Yo tenía ese poder, pero siempre, cuando eras más débil, no me dejabas salir y sólo podíamos ver lo que pasaba por tu mente. ¿Y qué nos pasa en momentos como estos? Aún somos dos, pero, ¿quién está bien, quién está mal? Sólo nos queda seguir pensando. Pensado y ver que pasa. Qué pasa con lo que decidimos. Decidir lo que creemos bueno, correcto o sólo para probar algo nuevo. Algo nuevo… ¿Estamos seguras que eso es lo que necesitamos?
Capítulo I, Un gusto distinto.
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